Zaragoza avanza en la implantación de Albarrio

Finaliza la primera fase de Albarrio en el barrio Oliver y ya se trabaja en una segunda iteración del modelo.

Durante seis meses, el proyecto ha movilizado a 38 entidades locales, incluyendo profesionales de la salud, docentes, asociaciones vecinales y entidades sociales, formándolas como referentes comunitarios que actúan como promotores de hábitos alimentarios saludables y respetuosos con el entorno.

Albarrio propone un modelo que construye una estrategia a largo plazo para transformar la manera en que se come en el barrio Oliver. Para ello, apuesta por referentes cercanos y de confianza que, con la salud como palanca de cambio, impulsan un impacto positivo en la ciudadanía y fortalecen el comercio verde y de proximidad.

Una de las propuesta de Albarrio es el emplazamiento de un servicio de asesoramiento gratuito que ha atendido a más de 250 personas. Todas ellas han obtenido de primera mano información clave sobre el impacto ambiental del consumo y han aprendido prácticas responsables en el consumo de carne, pescado, frutas y verduras, entre otras. Además, han entendido que la sostenibilidad es un concepto que va más allá del precio, abriéndose a decisiones informadas que contemplan el origen y la producción, así como el impacto social y ambiental de cada elección.

La iniciativa se ha completado con una campaña de sensibilización en la que se ha promovido, entre otros materiales, un decálogo elaborado por el think tank para la transición alimentaria Alimentta, recursos con recetas e información rigurosa y accesible para ayudar a la ciudadanía a tomar decisiones sobre su dieta más informadas y responsables.

Durante el acto de cierre celebrado en el Centro Comunitario Oliver, Eva González, directora del Área de Cultura de Sostenibilidad de Ecodes, destacó que “los agentes del barrio han jugado un papel crucial en el buen desarrollo del proyecto, y en ellos radica gran parte de su éxito. Con Albarrio hemos buscado sensibilizar, promover cambios de hábitos y contribuir a la consolidación de un sistema alimentario más justo. Pero también hemos fortalecido el tejido social del Oliver, impulsando un cambio de comportamiento colectivo que repercute directamente en la salud de las personas y del planeta”.

“Para la Fundación Daniel y Nina Carasso es una satisfacción ver cómo el barrio zaragozano de Oliver se ha volcado con el proyecto Albarrio. El objetivo que buscamos es proporcionar información, conocimiento y apoyar el acceso de una alimentación saludable y sostenibles para todos los vecinos y vecinas. Para ello, es necesario un tejido social fortalecido y cohesionado que permita diseñar propuestas personalizadas», añadió Eva Torremocha, responsable de Alimentación Sostenible de la Fundación Daniel y Nina Carasso.

Albarrio ha demostrado que la formación y la implicación del vecindario son claves para avanzar hacia un sistema alimentario más saludable y sostenible. Su impacto perdurará gracias a los referentes comunitarios que, desde el propio Oliver, seguirán promoviendo la idea de «comer rico, sano y sostenible», consolidando al barrio como ejemplo de transformación hacia un futuro más inclusivo y equitativo.